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¿Cómo nos intoxicamos?

Alterando nuestro nivel de PH en sangre: con la alimentación, con el consumo de drogas, fármacos, alcohol, cigarrillos… También aumentamos nuestros niveles de toxicidad  al vivir expuestos a campos electromagnéticos, con el aire y los polvos químicos que respiramos y, por último y no menos importante, por auto-toxicidad a través de las emociones (miedos, ira, etc.). Desde nuestro propio Ser mental y espiritual somos los suministradores del veneno que intoxica nuestro cuerpo físico: alteramos  nuestro PH con los venenos emocionales.

anatomia femeninaEn esos casos, es el cuerpo quien nos habla. Y lo hace con un idioma muy particular: las enfermedades. Las diferentes dolencias físicas que sufrimos a lo largo de nuestra vida son mensajes que, a través del cuerpo físico, nos alertan de que hay algo en el cuerpo mental y emocional que no está bien. Son señales que no deberíamos desatender.  Cada órgano tiene su función, como los riñones, que gestionan la tristeza. El cuerpo nos dice «esto no lo quiero ver» o «esto no lo acepto». Muchos de las enfermedades tienen su origen en una emoción negativa que genera toxinas. El objetivo es entonces liberar el cuerpo de las toxinas. Se puede conseguir modificando la alimentación y con la correcta gestión de las emociones. Hay personas que comen muy bien, muy sano, pero aún así se enferman porque se han olvidado de alimentar correctamente las emociones, que tienen un papel muy importante en el PH. Debemos entender esas emociones, tratarlas  y no caer en sus trampas. Cuando nuestro cuerpo habla y nos dice «si sigues por aquí, algo va mal» lo que hacemos es medicarnos y eso es como anular la voz del cuerpo cuando lo que tenemos que hacer es escucharlo. Cada uno de nosotros tenemos una especie de centinela o luz roja que nos indica el inicio del proceso de enfermar: salpullidos, eczemas, caídas, pequeñas heridas, etc pueden ser esa luz roja. 

Primero de todo, no debemos olvidar que las enfermedades nos dan la oportunidad de cambiar nuestro rumbo en la vida. Para poder entender estas señales debemos analizar qué nos provoca el malestar físico. Probablemente lleguemos a encontrar la respuesta en el cuerpo mental y emocional: porque hemos dejado la responsabilidad de nuestras vidas en manos de otros, por nuestros miedos, desequilibrios y mala gestión de las emociones.

El papel de las emociones en el PH

Cuando estamos enfermos el PH de la sangre siempre es ácido. El PH es muy importante porque modifica ciertos procesos fisiológicos, entre los cuales se encuentran las reacciones enzimáticas. Cuando el PH es ácido el cuerpo está como sin oxígeno. Desde el punto de vista energético cuando pasamos la mano por encima de alguien que tiene un tumor lo que se siente es frío. ¿Por qué se siente este frío? Encontré la respuesta al observar que la célula se encuentra sin oxígeno, son células que han ideado un método para sobrevivir en un ambiente ácido, prácticamente anaeróbico. Son células que están sufriendo. La primera medida es cambiar la dieta y comer sano -teniendo en cuenta que a cada uno de nosotros los alimentos nos afectan de manera diferente en el PH-. Pero eso no es todo, lo que es verdaderamente mágico es como varía el PH de las personas en función de las emociones. Debemos sanar y desintoxicar el cuerpo atendiendo a cómo gestionamos las emociones.

 gestión de las emociones y de los venenos emocionales

La desintoxicación de los venenos emocionales

Las células tienen la función de producir energía, las toxinas limitan o impiden la correcta producción de esta energía. La desintoxicación natural es el proceso del cuerpo para eliminar y neutralizar los venenos emocionales que producen las toxinas a través del hígado, los riñones, la orina, las heces, la exhalación y la transpiración. Sin embargo, ahora vivimos en una época en la cual la acumulación de toxinas es tal que nuestro organismo se ve afectado en su capacidad de auto-limpieza generando un desequilibrio bioenergético. La única manera de restablecer el equilibrio en nuestro organismo es extrayendo las toxinas de su interior y modificar gradualmente nuestros hábitos. Para conseguir el proceso y evitar los venenos emocionales hay una serie de puntos a tener en cuenta:

Ser egoístas.-

Una de las primeras normas que tenemos que aceptar a la hora de empezar un proceso de desintoxicación es ser más egoístas. Sí, sí, egoístas. Debemos escucharnos, tener tiempo para nosotros y mimarnos. Muy al contrario, el estrés y las vicisitudes de la vida diaria nos llevan a resaltar sentimientos como el de la culpa (¿atiendo bien a mis hijos?, ¿estaré cuidando suficiente de mis padres?, ¿trabajo con suficiente ahínco?, etc. Potenciar nuestro egoísmo tiene una explicación, igual que en una emergencia en un vuelo en avión: siempre debemos ponernos primero nuestra propia mascarilla de oxígeno antes de intentar ayudar al resto. Pues en el viaje que es la vida, igual.

Aceptar las emociones.-

En este punto os voy a contar una curiosidad donde el protagonista es mi gato. En más de una ocasión, sin darme cuenta, lo he dejado encerrado en una habitación o en un armario o en cualquier rincón donde él se mete sigilosamente y yo no me doy cuenta. Cuando le llamo y no aparece es entonces cuando empiezo a buscarlo. Y siempre lo encuentro de la misma manera: tranquilo, dormido esperando a que el problema se resuelva. ¡Tengo que aprender de mi gato! me digo a mí misma. Cuando una emoción negativa intenta apoderarse de nuestro cuerpo mental y emocional lo primero que debemos hacer es aceptarla y tranquilizarnos ante su presencia antes de empezar a tratarla.

Meditar.-

El principio espiritual de la sanación. La meditación nos ayuda a ponernos en el presente y evitar los venenos emocionales al sacar la mente de los pensamientos del pasado que nos hacen sufrir o evitar avanzarnos a un futuro incierto que nos asusta.

Hacer deporte.-

Cuando nos movemos muchas veces ya estamos liberando emociones bloqueadas. No hace falta ser un deportista de élite. Y tampoco se trata de encontrar horas del día que no tenemos. Hablo de acostumbrarnos a realizar una serie de movimientos regulares todos los días mientras estamos delante del ordenador, estamos haciendo la compra o leyendo  un libro. Mover un poco las manos, la cintura pélvica, las rodillas.

Hacer cambios.-

Dicen que para que los cambios sean eficaces debemos aplicarlos durante 21 días como mínimo. Mi experiencia me indica que los cambios siempre son mejores si son a pequeña escala. Estos son los que perduran. Si intentamos aplicarlos con otras personas, la fuerza se amplifica. En las terapias y en los  talleres para el crecimiento personal lo que hacemos también es intentar que la persona saque lo mejor de sí. Que acepte sus puntos débiles y afiance los puntos fuertes. Porque todos nosotros los tenemos.

Hacer terapia de desintoxicación.-

Cuando acudís a la consulta de Aurum Vitae nosotros os vemos globalmente y sin interferencias. Vemos vuestro campo áureo y vuestro campo físico.

 

¿Cuáles son los beneficios de las sesiones de desintoxicación de los venenos emocionales?

A nivel mental y emocional los resultados son impactantes. Notamos que tenemos mayor vitalidad, claridad, concentración, percepción, alivio del estrés y la sensación de estar enraizados en el propio Ser.
A nivel físico, notamos el alivio de dolores crónicos, la mejora de todas las funciones orgánicas, el ajuste del ritmo metabólico y la asimilación de los nutrientes, la oxigenación de la sangre, el rejuvenecimiento de la dermis y mucho más, dependiendo de la situación de cada persona.

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