El corazón es el órgano central por excelencia de nuestra vida. Conocemos los dichos “tener un corazón de oro o grande” cuando estamos muy bien. “Tener un corazón frío o de piedra” cuando algo va mal. La causa se debe a emociones bruscas que han encogido el corazón. Y su mala gestión que lo dilatan afectando al pericardio.
Liberar el pericardio es liberar el corazón. La membrana del pericardio está conectada no sólo al corazón, sino también al diafragma y a la primera parte de la cava y aorta. Las fibras cruzadas de esta membrana se cierran para impedir el impacto emocional. También afecta al diafragma que, a su vez, está relacionado con otros órganos digestivos como el hígado.
El encogimiento del corazón es principalmente causado por dolores de duelo y tristeza. Nuestra sociedad no nos permite vivir de lleno estos sentimientos naturales que a lo largo de la vida tenemos que afrontar. Vivir un duelo es un proceso largo y solo el corazón sabe cuándo se acaba. El duelo no nace solo por la pérdida de un ser querido. Hay muchos pequeños duelos que nos afectan: una separación de pareja, la pérdida repentina de un trabajo que gustaba, el abandono de un sueño o el dolor de haber vivido una injusticia. Todos son duelos que hay que respetar, acoger, aceptar y sentir. Solo sintiéndolos podemos darle voz y palabras:
“Estoy triste», «estoy decepcionado/a», «echo de menos a alguien», «no es justo, estoy viviendo un abuso o un maltrato”.
Una vez expresados son liberados y para el corazón esto ya es un grand alivio. La tendencia es pensar que no pasa nada, esto pasará, no es para mucho. ¡Estás apegada!. Todas son tendencias que nos alejan de sentir profundamente nuestras emociones y que nos obligan a ir tapándolas con muchos medios que día a día aplicamos. Nuestra mente se distrae pero la emoción original sigue allí en el corazón y con el pasar del tiempo vemos como se manifiesta en una de las muchas conexiones que están apegadas al pericardio.
La tristeza del corazón, ¿cómo la tratamos en consulta?
Bueno, este es el tema central de nuestros cursos de Liberación del Pericardio. Aquí podemos indicar que principalmente si la persona está sana se procede con la liberación manual del pericardio, mientras que en casos de niños, personas que sufren osteoporosis o mujeres embarazadas, entre otros, se procede a realizar un tratamiento energético con una mano en el pecho y la otra detrás en la espalda poniendo el corazón en el centro.
La liberación manual se hace mediante la presión de las manos en el esternón. Siempre recordando de mantener una actitud de servicio a la persona conscientes de estar conectando con su espacio sagrado, el corazón. El corazón puede hablarnos y en forma muy clara y concisa revelar la causa originaria del dolor atrapado que en este momento, aquí y ahora, está listo para ser liberado a la luz.
Una vez reconocida la emoción y entregada al ser de la persona, continuamos con la armonización del mediastino, diafragma y así seguimos escuchando y liberando el resto del cuerpo.
En el vídeo podemos ver muy bien todas estas conexiones entre el pericardio/corazón y el resto de nuestro sistema.
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