El Amor y San Valentín. Un poco de historia…
El día de San Valentín, de los enamorados o de la amistad, es celebrado en muchos países del mundo. El origen de esta celebración se remonta al siglo III, en Roma, y está basada en una leyenda que cuenta la emotiva historia de un sacerdote que desafió las órdenes del emperador romano Claudius Aurelius Marcus Gothicus, Claudio II, quien había prohibido la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque a su entender los solteros sin familia y con menos ataduras eran mejores soldados. El sacerdote San Valentín consideró que el decreto era injusto y, en secreto, celebraba matrimonios para jóvenes enamorados. Por ello fue martirizado y, posteriormente, ejecutado el 14 de febrero.
En España, esta fiesta -el día de San Valentín o día de los Enamorados- se empezó a celebrar a mediados del siglo XX, con el motivo de incentivar la compra de regalos. A menudo se dice que esta fiesta la introdujo una importante cadena de grandes almacenes. Se celebra el 14 de febrero.
Al margen de los objetivos puramente comerciales es una excelente oportunidad para demostrar a nuestros seres queridos y amigos el amor, cariño, admiración que tengamos hacia esa personal. Así que, ¡Feliz Día de San Valentín!. Pero no debemos olvidar que la celebración en si misma del Amor podría -y debería- ser una celebración cotidiana de cada uno de nosotros con cada uno de nosotros (empezando por uno mismo). Todos los gestos valen, por pequeños que sean. Regalar una sonrisa todas las mañanas a aquellos que nos rodean puede convertirse en un gran acto de Amor.
El corazón y el pericardio. Liberarlos para amar.
Y si hay un órgano al que directamente se relaciona con el Amor, éste es el corazón. Es el órgano central por excelencia de nuestra vida. Conocemos los dichos “tener un corazón de oro o grande” cuando estamos muy bien. O “Tener un corazón frío o de piedra” cuando algo va mal. La causa se debe a emociones bruscas que han encogido el corazón. Y su mala gestión que lo dilatan afectando al pericardio.
Por ello, liberar el pericardio es liberar el corazón. La membrana del pericardio está conectada no sólo al corazón, sino también al diafragma y a la primera parte de la cava y aorta. Las fibras cruzadas de esta membrana se cierran para impedir el impacto emocional. También afecta al diafragma que, a su vez, está relacionado con otros órganos digestivos como el hígado. Podéis leer más sobre las emociones que afectan al corazón en este post.
Está claro, pues, que nos será mucho más fácil dar Amor si disponemos de un corazón libre de emociones negativas. Y ya sabemos que una buena técnica para liberarnos de lo negativo es liberar el pericardio.