¡Pon atención sobre donde pones tu atención!.
Aprender a enfocar tu mente es imprescindible para que se manifieste lo que tienes para ofrecer a la vida (mejor plantearlo como un ofrecimiento que como una demanda). Pero, la pregunta es: ¿lo que te sucede es aquello que tu deseas manifestar o es algo impuesto desde el exterior?. Tal vez estés viviendo una situación opuesta a tus deseos que, de algún modo, te hace sentir insatisfecho. Y te preguntas por qué te sucede a ti todo lo que te sucede.
Quizás se deba a que le estás prestando atención a pensamientos equivocados, a los pensamientos de otros y que te conducen a la consecución de determinadas acciones en tu vida. Así que, sería mejor que la energía que gastas sea para conseguir tus verdaderos deseos y no imposiciones externas. ¿No crees?.
Todos somos canales de manifestación terrenal de una determinada onda espiritual. Pero muchas veces no conseguimos sintonizar con nuestra propia onda mental, o con el impulso espiritual que procede de nuestra alma. Hay demasiadas interferencias entre nuestro yo y nuestra alma. Somos muy influenciables y por eso debemos esforzarnos en obtener nuestra propia onda con claridad. Así podremos pedir al Universo aquello que queremos manifestar en nuestra vida.
En este proceso de alineación y conexión con nuestra esencia más profunda, un taller de crecimiento personal para adultos puede desempeñar un papel fundamental. Este taller ofrecería un espacio de exploración y aprendizaje donde los participantes podrían aprender a liberar esas interferencias, descubrir su verdadera onda mental y espiritual, y encontrar la armonía interior necesaria para manifestar sus deseos en la realidad. A través de prácticas y técnicas específicas, el taller les brindaría las herramientas para fortalecer su conexión con el Universo y manifestar una vida más alineada con sus aspiraciones y propósito
Aquello que deseas consciente o inconscientemente, se manifiesta en tu vida.
Normalmente sucede de modo inconsciente. Y cuando no eres consciente de lo que le estás pidiendo a la vida, ¿qué esperas obtener?, ¿respuestas a preguntas que ni siquiera has formulado?. Tal vez la pregunta fue formulada por tu madre o por tus abuelos, o por el presidente de tu país, o por el periodista al que tanto te gusta escuchar. Cuando tu atención se dispersa por la cantidad de asuntos que revolotean por tu mente, es muy difícil concentrarte en aquello que tú quieres. Tal vez porque no sabes lo que quieres o porque estás rodeado de distracciones. En tu entorno hay demasiados estímulos que te reclaman y que te agotan mentalmente.
Y la solución no es tumbarte en el sofá para «descansar» mientras escuchas la radio o ves la tele. Así no puedes descansar, porque los medios de comunicación no te ayudan a encontrar tu centro. Ni mucho menos a focalizarte en aquello que a ti te concierne. Debes saber que donde pones tu atención va tu energía. Y parece ser que los políticos y los medios de comunicación quieren tenernos hipnotizados y volvernos dependientes de una realidad condicionada, por no decir impuesta.
Desconecta de todo el ruido
La manipulación de tu atención es tarea fácil para quien controla los medios. Ellos imponen una realidad condicionada a tus sentidos para que la creas. Así les ayudas a seguir multiplicando las emociones que a ellos les interesa. La angustia y la preocupación se expande y se multiplica. Por eso, debes poder desconectar de todo el ruido para recuperarte a ti mismo.
Aquello que está en tu mente no está solamente en tu mente. La relación entre tu mente y el mundo es como la relación que hay entre un proyector y una pantalla. ¿Eres un espectador pasivo del espectáculo de otros o proyectas tu propia película?. Tu vida es tu propia película, tu obra eres tu, lo sepas o no, eres un artista. Céntrate en el tema del que esperas una respuesta de la vida. La vida continuamente responde a tus inquietudes. Y tus inquietudes las genera tu propia mente.
Tu realidad es plástica. Y esa plasticidad está en la naturaleza de tu mente… Así que, donde pones tu atención, pones tu energía. Es decir, donde pones tu intención, manifiestas tu energía, que es mucha y muy valiosa.
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